La reunión se realiza en el camping La Ballena Alegre, en Sant Pere Pescador, más concretamente en la Playa del Cortal de la Devesa. Para mí, este es uno de los entornos más privilegiados para los que disfrutamos de los deportes acuáticos, la playa y la naturaleza en general. El Golf de Roses destaca por ser una enorme bahía natural situada entre los parques naturales del Montgrí y el Cap de Creus. Aquí se encuentra una de las playas más bonitas de Catalunya, con kilómetros de arena blanca y un agua muy limpia ¡aunque un poco fría!, además del parque natural de "Els Aiguamolls de l´ Empordà" en el que se pueden observar todo tipo de aves en su hábitat natural.
Desde hace unos años la Surf Alegre coincide con la concentración de furgonetas VW. Esta es la XI edición y la verdad es que la asistencia de furgonetas crece año tras año, pudiendo contemplar auténticas joyas de las populares California, Caravan y demás modelos de la casa alemana.
El sábado despertó con un clima incierto, con una mezcla peligrosa de nubarrones y sol, pero afortunadamente la Tramuntana, el famoso viento de norte que nace en Francia y que barre periódicamente el Empordà, empezaba a soplar. Los regatistas de la PWA ya hace un buen rato que han iniciado la regata, justo delante de donde estamos acampados. Es todo un espectáculo ver la salida de la manga, van a todo trapo, es increíble la velocidad que alcanzan. Se lanzan como lobos sobre la primera boya y en la trasluchada tonto el último, no hay tregua... ¡Esta gente está muy fuerte y tiene mucha técnica!
Sin pensarlo dos veces, monto mi vela y mi tabla y ¡me meto al agua! Todo un lujo estar navegando junto a leyendas del windsurf como Bjorn Dunkerbeck, 41 veces campeón del mundo (se dice pronto...), Antoine Albeau, Micah Buzianis... El viento está justito, pero me permite navegar con mi vela de 5.0 metros de una manera más que decente. Después de 2 horitas de navegación, el cuerpo dice basta. La previsión de viento para el día siguiente es mucho mejor y no es cuestión de desfondarse del todo.
Por la noche, uno de los mejores momentos de la Surf Alegre, la barbacoa nocturna en la playa. El ambientazo es tremendo. Las antorchas y el cielo lleno de estrellas muestran una foto incomparable. Después de disfrutar de la noche nos retiramos a tomar un café en el bar del camping. Estoy en la barra y justo a mi lado aparece el gran Bjorn (grande en todos los sentidos...). No soy de los que le gusta hacerse fotos con los pros, da la sensación de que les incordias un poco, pero en este caso me veo obligado a hacer una excepción! Le pregunto si me puedo hacer una foto con él y se brinda encantado. ¡Esta la guardaré para mis nietos!
Durante la noche se nota que la mañana será movidita ya que la Tramuntana vuelve a hacer su aparición. Lo primero que hago por la mañana es salir de la furgoneta e ir a mirar el mar. ¡Las condiciones son perfectas! Sol y viento constante. La playa aún está desierta, excepto los profesionales de la PWA, que seguro llevarán regateando un buen rato. Me pego un buen desayuno y ¡de nuevo al agua! Hoy el campo de regatas está situado justo en medio de mi salida natural. Tengo que esperar a que den el pistoletazo de salida de la manga y, una vez pasan la primera boya, me meto en el agua y consigo alejarme del campo de regatas. De nuevo me encuentro navegando en la zona de espera de los regatistas. Alucinante ver las super velas que llevan (ya tienen que tener buena espalda estos tipos para aguantar eso...). Hay que tener en cuenta que tienen que estar muy bien coordinados en los momentos previos a la salida, ya que esta se hace en marcha. Si te adelantas estás eliminado y si eres muy conservador ten por seguro que no obtendrás un buen resultado. Me pego una buena sesión de unas 2 horitas de viento constante y olas que te permiten dar buenos saltos.
Totalmente reventado me retiro a comer. Como me he quedado más que saciado, limpio la vela y la tabla y lo dejo secándose ya que no espero volver a entrar por la tarde. Devoro un buen plato de pasta y me pego una siesta de campeón, de las que haces después de una buena sesión de deporte al aire libre.
Cuando me despierto, tengo la sensación de que el viento sopla con algo más de intensidad. Hay que ir a la playa y comprobar que ha pasado... Me encuentro una grata sorpresa, el viento ha girado y sopla de mar. Se han formado unas olas que tienen una pinta irresistible y no queda más remedio que volver a entrar al agua. Me pego una sesión memorable de 1 hora que me deja totalmente baldado. Los de la PWA se han retirado y yo hago lo mismo con una sensación de plena felicidad.
Vamos a ver la entrega de premios. Este año, por vez primera en la PWA, se produce un podium 100% francés con Antoine Albeau como ganador y líder de la copa del mundo.
Toca recoger los bártulos e ir pensando en volver a Barcelona. Lo hacemos con tranquilidad y sin prisa, disfrutando del relax de el Empordà y su preciosa puesta de sol.
¡El año que viene repetiremos, por supuesto!
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